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EROSIONES DE BOLNUEVO

EROSIONES DE BOLNUEVO

En la época del Plioceno (5,3 millones de años) tuvo lugar un acontecimiento que determinaría el devenir de la morfología del litoral mediterráneo: la…
En la época del Plioceno (5,3 millones de años) tuvo lugar un acontecimiento que determinaría el devenir de la morfología del litoral mediterráneo: la formación del Estrecho de Gibraltar, que permitió que el mar Mediterráneo dejase de ser una laguna salada de reducidas dimensiones. En apenas dos años esta apertura al océano Atlántico permitió la entrada de aguas que elevaron el nivel del mar y ocuparon espacios hasta entonces apartados del mar, fenómeno conocido como "trasgresión marina"- afectando al lugar en el que se ubican las Gredas de Bolnuevo. Al quedar cubiertos estos espacios por el mar, las corrientes marinas arrastraban y depositaban diversos materiales (margas, limos, areniscas y gravas) que se fueron sedimentando y compactando hasta crear una plataforma marina, que se corresponde con los materiales amarillentos visibles hoy día. Descripción Las Gredas de Bolnuevo son un relieve sometido a continua transformación. Su perfil ha sufrido un desgaste por la acción erosiva del viento y el agua, pero este no ha sido uniforme debido a que sus materiales presentan distintos niveles de resistencia. Este relieve está compuesto de una alternancia de materiales finos, como las margas arenosas, también conocidas como gredas amarillas, y las areniscas, así como otros más gruesos como los conglomerados. Los sedimentos de areniscas presentan abundantes fósiles de fauna marina, en cambio en los estratos de greda, hay millones de microfósiles. La acción de la tectónica y la erosión diferencial han configurado este singular paisaje en el que se identifican los siguientes procesos y accidentes geográficos:
  • Discordancia entre los diferentes estratos. Se distinguen aquellas capas de origen marino, compuestas por margas arenosas, areniscas y limos del Cenozoico, de la capa de materiales continentales formada por conglomerados de color rojizo del Cuaternario.
  • Desprendimiento de ladera. La tectónica ha provocado que las rocas se deslicen por la vertiente.
  • Paleocanal. Vestigios de un antiguo canal cuyas aguas arrastraban sedimentos rojizos procedentes de la Sierra de las Moreras.
  • Fallas. En el conjunto se distinguen varias fracturas o fallas de tipo “normal”, al presentar un desplazamiento de los estratos en la vertical.
  • Procesos de deflación por erosión eólica. La acción del viento causa el desprendimiento de las partículas de las capas de margas y limos, al encontrarse éstas menos compactadas.
  • Procesos de abrasión por erosión eólica. Golpes de viento cargados de partículas de arena deterioran las zonas más blandas situadas desde la base a una altura aproximada de 45 centímetros, provocando el acusado estrechamiento de la parte inferior del relieve.
  • Cornisas y escarpes. La acción selectiva del viento, los distintos grados de cimentación de los estratos así como procesos de precipitación del carbonato, han dado lugar a la aparición de unas capas más duras que el resto, formando una “costra” sobre las formas y dando lugar a la aparición de crestas o cornisas.
  • Erosión alveolar en nido de abeja. La acción del viento y el agua arrastra las partes más débiles de las areniscas, propiciando cavidades relativamente regulares y contiguas que asemejan la estructura de un panal de abejas.  
Declarado Monumento Natural de la Región de Murcia el 21 de marzo de 2019.